LAS ARTES PLÁSTICAS DEL ANTIGUO EGIPTO
EN TORNO AL ESTILO EGIPCIO
“Uno de los rasgos más estimables del arte egipcio es el que todas las
estatuas, pinturas y formas arquitectónicas se hallan en su lugar
correspondiente, como si obedecieran a una ley. A esta ley, a la cual parecen
obedecer todas las creaciones de un pueblo, la llamamos un ESTILO. Las normas
que rigen todo el arte egipcio confieren a cada obra individual un efecto de
equilibrio y armonía.
El estilo egipcio fue un conjunto de leyes estrictas que cada artista
tuvo que aprender desde su más temprana juventud. Pero una vez en posesión de
ellas, su aprendizaje había concluido. Nadie pedía una cosa distinta, nadie le
pedía que fuera original. Por el contrario, probablemente fue considerado mejor
artista el que supiera labrar sus estatuas con mayor semejanza a los admirados
monumentos del pasado. Por ello, en el transcurso de tres mil años el arte
egipcio varió poco. Cuanto fue considerado bueno y bello en la época de las
pirámides, se tuvo por excelente mil años después.”
Ernst Gombrich.
Historia del Arte.
LA ESCULTURA
Rasgos generales
· Se trata de escultura de
carácter religioso y funerario. Las formas escultóricas representan, por un
lado, a los dioses del panteón egipcio y al faraón como dios-hombre, como un
ser sobrenatural, y por otro, personajes de la corte y escenas de la vida
cotidiana. El tratamiento de las formas varía según se trate de unas o de
otras. No se trata de una escultura de adorno, ya que sólo puede ser
contemplada por el alma del muerto.
· Las formas básicas son el
relieve (policromado) y la estatua exenta o de bulto redondo.
· El artista concibe la figura
humana siempre en tensión física y espiritual totalmente ajena a la vida
diaria. La idealización es una norma básica de la plástica egipcia.
La estatuaria real
· La piedra dura (basalto, granito,
diorita, etc.) y la caliza fue la materia prima empleada en la estatuaria real.
También se utilizaron materiales nobles como el oro o el marfil, hoy
desaparecidos.
· La estatuaria real egipcia
presenta una serie de convencionalismos y estereotipos que se repiten a lo
largo de siglos, como son:
- La clara presencia de un canon,
de una norma compositiva que regula cómo deben ser realizadas las obras. Como
ideal de este canon debemos considerar una figura humana puesta en pie, en la
cual la longitud total del representado (desde el centro de la frente hasta la
planta del pie) guarde una determinada proporción, exactamente la de 18 veces
la medida del puño cerrado. Es lo que se denomina "canon de los 18 puños“,
que sólo en época ya muy tardía, a partir del siglo VII a. C., sería sustituido
por otro de 21 puños, que alargaba más las figuras.
- La ley de la simetría y La
frontalidad. Reforzadas por la disposición de los brazos a los lados del torso
y la rigidez de la nuca, que sujeta en posición central la cabeza.
- Las dimensiones: se alternan
desde estatuillas de pequeño tamaño a estatuas colosales. En la representación
de grupos las figuras se yuxtaponen en una misma actitud y posición.
- Arcaismo en las
representaciones anatómicas, que aunque resultan proporcionadas (el canon),
ofrecen una visión superficial e idealizada del representado. Las formas acaban
resultando, por tanto, rígidas.
- La pierna izquierda suele
avanzarse ligeramente en señal de movimiento. Los brazos pegados al cuerpo.
Todo ello refuerza el carácter cerrado de las composiciones.
- El tratamiento de los paños y
ropajes también resulta rígido, sobre todo en las figuras masculinas; en las
femeninas los paños se adaptan al cuerpo.
- El hieratismo (actitud
hierática) y la solemnidad, son otros tantos rasgos presentes en la estatuaria.
Los rostros son inexpresivos, con la mirada perdida en el infinito, dando lugar
a imágenes frías y distantes, totalmente alejadas del espectador. Ojos almendrados.
Mirada alta y fija al frente. El dolor y la alegría no existen en estas
representaciones, las figuras parecen sorprendidas en algún desfile o ceremonia
oficial.
- El retrato destaca por su
regularidad geométrica (simplicidad) y la aguda observación de lo esencial. Son
equilibrados y con vida, pero resultan remotos en su eternidad.
- La jerarquización de las
figuras es otro rasgo característico. El mayor tamaño de la figura del faraón
está en consonancia con el rango que éste ocupa en la sociedad egipcia.
- Su función es presentar al
faraón como un dios, como alguien diferente del vulgar mortal, de ahí la
ausencia de movimiento, el estatismo y la quietud que sugieren atemporalidad y,
por tanto, eternidad.
Es por esto último por lo que la
estatuaria egipcia no sufre cambios importantes a lo largo de su milenaria
historia. Tales convencionalismos fueron fijados en el Imperio Antiguo y
preservados casi hasta el final de la civilización egipcia.
Ejemplos notables de la
estatuaria real:
· El faraón Kefren. Imperio
Antiguo, IV dinastía.
· La Tríada de Mikerinos. Imperio
Antiguo, IV dinastía. Obra comentada.
· Rahotep y Nofret. Imperio
Antiguo, IV dinastía. (alejada de algunos convencionalismos por su policromía y
mayor naturalismo).
La estatuaria cortesana
Frente a esta estatuaria real de
carácter sobrenatural, se dio otro tipo de escultura más “vulgar”, que
representaba a altos dignatarios de la corte real, altos funcionarios, escribas
o administradores; en ningún caso se trataba de una “estatuaria popular”.
Obras notables de este tipo son:
· El escriba sentado Imp.
Antiguo, V dinastía. (piedra caliza policromada).
· El alcalde del pueblo. Imp.
Antiguo, V dinastía.
Los rasgos que definen a estas
esculturas son:
- la humanización del personaje
representado, con una gran carga de realismo. El estudio psicológico y la
representación de actitudes humanas de forma naturalista contribuyen a este
efecto.
- Se trata de seres humanos que
desean ser reconocidos por su apariencia. La mayor parte de estas estatuas
tenían un propósito funerario, y según la tradición egipcia, el “Ka” del
difunto debía de ser capaz de reconocerse en sus propias estatuas, de ahí el
realismo de las mismas.
- Se trataba de una estatuaria
privada, en contraposición a la estatuaria pública centrada en el faraón.
- Los materiales empleados fueron
tanto la piedra como la madera, que se policromaban.
- Se emplean los mismos
convencionalismos estéticos que se han señalado para la estatuaria real.
EVOLUCIÓN DE LA ESCULTURA EGIPCIA
Aunque las convenciones se
mantuvieron durante toda su historia, es posible establecer algunos hitos
evolutivos y, sobre todo, diferenciar la etapa del faraón Amenofis IV
(Akenatón), que introdujo mayores cotas de libertad y realismo en la plástica.
IMPERIO ANTIGUO (3000-2000 A. de
C.): se fijan los convencionalismos ya enunciados. Se alternan obras en marfil
de pequeño tamaño y grandes colosos de piedra. La influencia religiosa y el
ansia de realismo se manifiestan en las llamadas “cabezas de sustitución”, que
se adaptaban a cuerpos hechos en serie.; sólo el rostro se considera en este
momento personificación del difunto. Se pueden destacar las siguientes obras:
· El faraón Kefren. Imperio
Antiguo, IV dinastía.
· La Tríada de Mikerinos. Imperio
Antiguo, IV dinastía. Obra comentada.
· Rahotep y Nofret. Imperio
Antiguo, IV dinastía. (alejada de algunos convencionalismos por su policromía y
mayor naturalismo).
· El escriba sentado Imp.
Antiguo, V dinastía. (piedra caliza policromada).
· El alcalde del pueblo. Imp.
Antiguo, V dinastía.
IMPERIO MEDIO: Sin abandonar
nunca los convencionalismos del periodo anterior, se produce un acercamiento a
la realidad cotidiana. En algunas obras pueden percibirse, disimulados, algunos
sentimientos y expresiones graves y pensativas. Las figuras se alargan, y la
comparación de varias estatuas del mismo faraón permite comprobar los estragos
de la edad sobre el personaje. En la XII dinastía se vuelven a imponer los
valores del Imperio Antiguo, volviendo el academicismo y la frialdad.
Obras:
· Retrato de Sesostris III, de la
XI dinastía.
IMPERIO NUEVO (s. XVI - XII A. de
C.): La recuperación política y artística se produce con la XVIII dinastía, con
la que se inicia este periodo, cercano ya al 1500 A. de C. Para la plástica es
un momento decisivo por la renovación que se produce en las técnicas, la
temática y la sensibilidad. Bajo el reinado de Ejnatón (Akenatón) o Amenofis
IV, el faraón que pretendió reformar la religiosidad egipcia mediante la
imposición del culto al Sol, la escultura adquiere una extraordinaria dulzura.
Los relieves representan escenas de la vida cotidiana y no rehuyen, movidos por
un intenso naturalismo, los aspectos físicos desagradables del propio faraón.
En la época de los Ramesidas, de gran expansión militar, se cultiva la estatua
colosal.
Obras:
· Retrato de Nefertiti.
· Relieves con escenas de la vida
del faraón Ejnaton (Akenatón o Amenofis IV).
PERIODO SAITA (S. VIII - I a. de
C.)
PERIODO HELENÍSTICO (hasta el s.
I A. de C.)
· La cabeza verde.
LOS RELIEVES Y LAS PINTURAS: UN ARTE PARA LOS MUERTOS y LA ETERNIDAD.
Relieves y pinturas constituyeron
la decoración más abundante en el interior de las mastabas y los hipogeos. Fue
durante el Imperio Nuevo cuando la pintura se convirtió en un recurso expresivo
de las creencias y ritos funerarios egipcios. No adornan, se conciben para ser
contemplados por el alma del muerto.
· El relieve egipcio posee poco
bulto, de ahí que hablemos de bajorrelieve. Generalmente se policromaba, de
modo que casi parecen pinturas.
· La pintura se sirvió de una
técnica mixta para la ejecución de sus murales, consistente en la utilización
del fresco en primer término, para luego ser repasado con temple.
· Los recursos expresivos del
relieve y la pintura son similares y están ligados a los rígidos
convencionalismos de la plástica egipcia, que apenas evolucionaron en su larga
historia. A estos convencionalismos, que dan unidad a todas las creaciones de
esta civilización a pesar de la singularidad de cada obra, los llamamos ESTILO
EGIPCIO.
Aspectos formales del estilo
egipcio
Los procedimientos formales se
caracterizaban por un principio estricto: cada cosa tenía que ser representada
desde el ángulo más característico (muchos dibujos infantiles aplican este
principio, podéis hacer la prueba si tenéis hermanos pequeños). Este principio
explica, por ejemplo, las convenciones que se repiten en la representación del
cuerpo humano (visión rectilínea del cuerpo humano: cabeza de perfil, ojos de
frente, vista frontal de la parte superior del cuerpo, etc.).
· La composición se caracteriza
por su sentido geométrico del orden y la escala.
· Predominio del dibujo (dibujan
de memoria, de conformidad con reglas estrictas) sobre el color, de modo que
las figuras se trazan mediante líneas (contornos y dintornos), creando zonas
que después se colorean con tintas planas intensas y muy contrastadas, sin
degradación tonal o lumínica.
· Las figuras suelen disponerse
siguiendo ciertos convencionalismos: el cuerpo permanece de frente, mientras la
cabeza y las piernas se colocan de perfil. El espacio y la profundidad no existen
y las figuras aparecen en un solo plano, si bien se usa el recurso de la
repetición del perfil, sugiriendo la superposición de una figura sobre otra
para intentar crear la sensación de varios planos de profundidad.
· Las escenas se estructuran por
registros, bandas con filas de personajes en un solo plano. Con estos registros
se logra un ritmo compositivo de gran dinamismo.
· El movimiento es muy limitado,
aunque hay variaciones. Los personajes sagrados se atienen más a los
estereotipos, mientras las personas comunes están dotadas de mayor naturalidad
y movimiento.
· La ausencia de profundidad y de
volumen hace que estas representaciones sean planas y poco realistas.
· El sentido geométrico del orden
no les privó de observar los detalles de la Naturaleza con sorprendente
exactitud. Cada pájaro, planta o pez, está dibujado con tanta fidelidad que es
posible reconocer la especie.
No debemos suponer que los artistas creyeran que las personas eran o
parecían como ellos las representaban, sino que se limitaban a seguir unas
reglas que les permitían insertar en la forma humana todo aquello que
consideraban importante y característico.
Temática (Iconografía)
· Imágenes de la vida de
ultratumba y escenas de la vida real conforman la doble temática del relieve y
la pintura egipcia.
· Debido a su ubicación en las
tumbas se pretendía dar una imagen de como era la vida real del difunto y como
sería en el “más allá”.
· Las pinturas muestran una aguda
observación de la naturaleza y expresan alegría y optimismo vital.
CONCLUSIONES
La misión del artista era representarlo todo tan clara y
permanentemente como fuera posible. Por ello no se ponían a tomar apuntes de la
naturaleza, tal y como ésta aparece desde un punto de vista fortuito. Dibujaban
de memoria y de conformidad con reglas estrictas que aseguraban la perfecta
claridad de todos los elementos de la obra. Su método se parecía más al del
cartógrafo que al del pintor; las pinturas son diagramas, mapas conceptuales.
No importaba la belleza, sino la perfección. El arte egipcio no está basado
sobre lo que el artista ve en un momento dado, sino sobre lo que él sabía que
pertenecía a una escena o persona. El conocimiento de su significado.
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