UNA APROXIMACIÓN A LAS
CARACTERÍSTICAS GENERALES
DE LA ARQUITECTURA EGIPCIA
"Se da más importancia a la casa de los muertos que a la de los
vivos; es una arquitectura para la eternidad".
"Qué revelan las pirámides de Egipto acerca de su propia historia?
...Nos hablan de un país perfectamente organizado, donde fue posible apilar
esos gigantescos montes de piedra en el transcurso de la vida de un faraón, y
nos hablan de faraones tan ricos y poderosos que pudieron obligar a millares de
obreros o esclavos a trabajar para ellos año tras año...con los medios más
primitivos."
Ernst. Gombrich. Historia del Arte.
Características generales:
· Se utiliza la piedra como
material constructivo, aparejada en sillares perfectamente cortados (labrados
de manera geométrica). Con ellos se pueden elevar muros sin salientes y
edificios de perfiles rectilíneos. El deseo de permanencia del arte egipcio
tiene en ella su mejor cauce expresivo.
· El colosalismo arquitectónico.
La edificación resulta desproporcionada en relación a la función que tiene el
edificio. Ni se precisaba el volumen de una pirámide para enterrar la momia de
un faraón, ni en los templos se congregaban grandes multitudes; se trata de un
propósito consciente. El egipcio está obsesionado por la presencia de fuerzas
sobrenaturales y por el sueño de la supervivencia; en consecuencia, el edificio
desborda la escala humana; se impone por su grandeza en el ánimo del espectador
y suscita sentimientos de temor. El colosalismo abruma al humilde campesino del
Nilo y lo confirma en la grandeza y poder absoluto del faraón-dios.
· Es una arquitectura
arquitrabada, basada en líneas horizontales y verticales o, como en las
pirámides, en un dispositivo diagonal. La curva está ausente en la arquitectura
egipcia. Gruesos muros y cubiertas planas. Simetría y repetición de formas
básicas.
· La columna: función sustentante
y ornamental. Su introducción como elemento estructural en los templos supone
la plasmación del recuerdo de la forma vegetal de la palmera. En un principio
las columnas fueron simples haces de troncos; más tarde se sustituyeron por
fustes de piedra estriados, en recuerdo de su origen vegetal. Posteriormente el
fuste liso marcó ya la distancia respecto a los orígenes. No obstante, el
recuerdo del árbol perdura en los capiteles, diseñados con hojas de loto
(lotiformes), de papiro (papiroformes), o de palma (palmiformes). Cuando se
emplea la diosa Hathor, se llaman Hathóricos. La columna protodórica, con fuste
acanalado y capitel formado por dos paralelípedos de piedra, es un referente
básico para el posterior desarrollo de la arquitectura griega.
TIPOLOGÍAS ARQUITECTÓNICAS
LA ARQUITECTURA FUNERARIA. LA TUMBA:
· La Mastaba. Primera forma
arquitectónica con fines mortuorios. Constituida por un tronco de pirámide o
cuadrado con muros de talud, y que supone una evolución de las primitivas
tumbas en túmulo. La momia del difunto se disponía en un pozo excavado bajo la
construcción, donde se hallaba la cámara mortuoria. Otra estancia, el serdab,
contenía el doble del difunto, junto a diversas estatuillas y símbolos
funerarios. Al exterior se abría la capilla de las ofrendas. Las mastabas
formaban conjuntos dispuestos geométricamente formando calles, lo que daba
lugar a auténticas ciudades de los muertos o necrópolis.
· La Pirámide. Será la forma
típica de enterramiento real durante el Imperio Antiguo (2686-2181 A. de C.).
La tipología de la pirámide no es sino la evolución de la mastaba que prolonga
sus aristas hasta confluir en un vértice. Sus estancias esenciales son las
mismas. Aunque su disposición interna es más compleja. Las pirámides estaban
precedidas por templos funerarios dedicados al difunto. La pirámide es un
compendio de artifícios matemáticos y, a la vez, el mejor símbolo del poder
político del faraón. La primera pirámide parece ser la de Zoser en Sáqqara,
construida por el arquitecto Imhotep. El conjunto más importante es el de
Gizéh, donde se hallan las tres grandes pirámides de la IV dinastía, las de
Keops, Kefren , acompañada por la famosa esfinge, y Mikerinos.
· Los Hipogeos. Durante el
Imperio Nuevo (1552 - 1069 A. de C.) se extiende un nuevo tipo de construcción
funeraria excavada dentro de una montaña con una disposición interna que trasponía,
en cierto modo, las estancias de las pirámides. Se trata de una arquitectura
totalmente adintelada que utiliza, a veces, el pilar como soporte. Los muros
estaban decorados con pinturas y relieves.
LA ARQUITECTURA RELIGIOSA: EL TEMPLO
El templo, junto con el hipogeo,
constituye la tipología arquitectónica más representativa del Imperio Nuevo. El
templo religioso por excelencia no tiene ya una función funeraria sino
devocional, es decir, albergar la figura de un dios y servir de receptáculo
para los ritos en su honor. La religión politeísta egipcia favoreció la
construcción de templos por doquier para su culto. Los templos estaban a cargo
de una casta sacerdotal y cada uno poseía tierras y siervos para su sustento
económico.
Tipología y descripción del
templo clásico egipcio. El edificio se ve antecedido por una avenida de
esfinges, que se apostan en los laterales enmarcando el paso de las
procesiones. Ésta termina en un obelisco, monolito apuntado y acabado en
pirámide en el que se hallan grabados textos alusivos a la advocación del
santuario. El edificio en sí tiene planta rectangular, accediéndose por un lado
corto donde se dispone la puerta, colocada entre dos pilonos o torres con los
muros en talud. Todos los templos contaban con tres espacios bien
diferenciados: la Sala Hípetra o patio con pórticos, la Sala Hipóstila y la
Cella o Naos, lugar reservado a la efigie del dios. Además de los sistemas
adintelados, la columna tiene un papel esencia en estas construcciones como elemento
sustentante y ornamental, por la riqueza y variedad de sus capiteles. Las salas
van disminuyendo su altura hacia el interior, lo que hace que también disminuya
la iluminación de las salas, donde brillan los muros polícromos a la luz de las
lámparas.
UNA VALORACIÓN DE LA IMPORTANCIA
PRÁCTICA DE LAS PIRÁMIDES A LOS OJOS DE LOS FARAONES Y SUS SÚBDITOS
El faraón es la encarnación de la
divinidad que retorna, tras su muerte, a la morada de los dioses. No es un
hombre sino un dios lo que albergan las pirámides. Las pirámides, elevándose
hacia el cielo, proyectan la radiación solar sobre la tierra. Como tumbas
aseguran el tránsito al más allá y, sobre todo, garantizan la supervivencia del
faraón (símbolo y encarnación de la civilización egipcia) en la vida de
ultratumba. Defienden su sagrado cuerpo de la destrucción. El cuerpo ha de ser
conservado (momificado) para que el alma viva en el más allá. Estas creencias
determinan, a su vez, el que la imagen del faraón-dios se perennice. Los
escultores labran la imagen del rey e duro e imperecedero granito y lo
colocaran en la tumba, para que el alma, al reconocerse en la imagen, pueda
revivir en el más allá.
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