INTRODUCCIÓN
ARQUITECTURA ARTE ROMANO
Si bien es cierto que las obras arquitectónicas romanas fueron el
resultado de la aplicación de las proporciones griegas a la arquitectura abovedada
de los etruscos, no dejaron de carecer de un carácter totalmente propio, de su
sello distintivo. Para empezar, a partir del siglo II a.C. los arquitectos de
la antigua Roma contaban con dos nuevos materiales deconstrucción. Uno, el "opus
cementicium", era un tipo de hormigón armado prácticamente indestructible.
Por otro lado estaba el "opus latericium" o ladrillo,
que permitía una gran versatilidad y el cual, combinado con el anterior,
permitía la construcción de bóvedas de enormes dimensiones y muy ligeras. Los
romanos también modificaron el lenguaje arquitectónico recibido de los griegos
cuando sumaron a los heredados (dórico, jónico y corintio)dos nuevos órdenes de
construcción: el toscano y el compuesto.
La evolución de la arquitectura romana se ve reflejada
fundamentalmente en dos ámbitos, el de las obras públicas y el de las obras
privadas. Las primeras, tales como templos, basílicas, anfiteatros, arcos
triunfales, columnas conmemorativas, termas y edificios administrativos, eran
de dimensiones monumentales y formaban un conglomerado desordenado alrededor
del foro, o plaza pública, de las ciudades.
Por su parte, las segundas, como los palacios urbanos y las villas
veraniegas de la clase patricia, se desarrollaron en zonas privilegiadas delas
ciudades y sus alrededores, con una decoración fastuosa y centralizadas entorno
a un jardín. La plebe, en cambio, vivía en construcciones de varias plantas
llamados "insulae" muy parecidos a nuestros actuales edificios, con
ventanales que daban acceso a balcones y terrazas, pero sin las divisiones en
ambientes de estos últimos.
Sus característicos techos de tejas de barro cocido todavía
subsisten en pleno siglo XX. La ingeniería civil merece un párrafo aparte.
Además de construir caminos que unían todo el imperio, los romanos edificaron
acueductos que llevaban agua limpia alas ciudades y también desarrollaron
complejos sistemas de alcantarillado para verter las aguas residuales. El
concepto de gran urbe que tenían los romanos, definitivamente era muy similar
al que existe en nuestros días.
INTRODUCCIÓN
ESCULTURA ARTE ROMANO
Los romanos tuvieron en alta estima las obras totalmente
naturalistas, dinámicas y proporcionadas de la estatuaria griega. Cuando no
podían transportar las obras más preciadas de Fidias, Policleto o Praxíteles,
las hacían copiar por sus propios escultores, con lo que surgieron importantes
escuelas de copistas. Estas llegaron pronto a un excelente nivel en su
cometido. Es así que el arte estatuario del imperio compensó con cantidad su
falta de originalidad.
Hallando en la escultura la manera ideal de perpetuar la
historia y sus protagonistas, proliferaron los bustos, retratos de cuerpo
entero y estatuas ecuestres de emperadores y patricios, que así pasaron a la
posteridad elevados prácticamente a la categoría de dioses. Claudio, por
ejemplo, se hizo esculpir con los atributos de Júpiter, y Augusto se hizo
retratar con sus galas militares, enfundado en una armadura que dejaba entrever
los músculos del "Doríforo" de Policleto.
La narración de hechos históricos y campañas militares, tomó
forma en los relieves. Primero se utilizaron como soporte los frontispicios de
templos y arcos triunfales. Pero estas superficies pronto resultaron estrechas
para el volumen de los acontecimientos que debían transmitir. Así fue como
nacieron las columnas conmemorativas, alrededor de las cuales, se esculpían las
imágenes de las batallas del imperio hasta en sus más mínimos detalles.
INTRODUCCIÓN
PINTURA ARTE ROMANO
La pintura romana estuvo estrechamente ligada a la arquitectura,
y tuvo un fin estrictamente decorativo. Ya en el siglo II a.C.,
en tiempos de la república, era costumbre entre las familias patricias,
afanadas en expresar su riqueza, hacer imitar en sus viviendas urbanas y
veraniegas la opulenta decoración de templos y palacios. Gracias a un logrado
efecto óptico, se llegaban a fingir en los muros puertas entreabiertas que
daban acceso a habitaciones inexistentes.
Además de los ornamentos palaciegos, los temas favoritos
enmarcados por esta arquitectura ficticia solieron ser escenas de la mitología
griega, vistas de ciudades o plazas públicas y bucólicos paisajes típicamente
romanos. Con el tiempo, mediado el imperio, esta moda se fue atemperando y las
grandes pinturas murales fueron reduciendo sus dimensiones, para convertirse,
finalmente, en pequeñas imágenes decorativas.
Esto en cuanto a la pintura propiamente dicha, porque,
conviviendo con ella en los hogares adinerados y en no pocos edificios
públicos, fue el mosaico el otro gran favorito de la decoración de interiores
romana. Los temas predilectos realizados con esta complicada y minuciosa
técnica fueron por un lado el retrato, bien personal o familiar, y por otro
lado las omnipresentes escenas mitológicas, y los paisajes rurales o marinos,
incluída su fauna y flora.
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